Sentado, en el fondo del patio
trato de pensar qué haré en el futuro.
Pero pierdo mi tiempo mirando los moscardones
cuyo oro es el único que podría alcanzar,
y saludo a un caballo al que puse nombre
un oscuro mediodía de infancia
y que asoma su pobre cabeza entre los geranios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario